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Ban on the sale of new petrol and diesel cars and vans from 2035 in the EU

All new vehicles sold from 2035 onwards in the EU must be zero-emission vehicles.
Prohibida la venta de coches y furgonetas nuevos de gasolina y diésel a partir de 2035 en la UE

Con el fin de alcanzar el objetivo de neutralidad climática en 2050, la Unión Europea está tomando medidas para reducir las emisiones de los automóviles ya que el transporte por carretera representa una quinta parte de las emisiones de CO2 de la UE. De esta forma, el compromiso de los Estados miembros es reducir las emisiones de los coches en un 55% y las de las furgonetas en un 50% para 2030 tomando como referencia los niveles de 2021, y alcanzar el objetivo de cero emisiones en turismos y furgonetas nuevos para 2035.

A partir de esta fecha, todos los coches nuevos que salgan al mercado no podrán emitir nada de CO2 pero esto no significa que todos los coches que circulen tengan que ser de emisiones cero por lo que esta norma no afecta a los coches existentes, que podrían seguir conduciéndose hasta el final de su vida útil. Si bien hay que advertir que como la vida media de un coche es de 15 años, el Parlamento Europeo calcula que en 2050 se alcanzaría la neutralidad climática de CO2.

En cuanto al mercado de segunda mano, la institución europea aclara que más allá de 2035 seguirá siendo posible comprar y vender coches usados con motor de gasolina o diésel, así como repostar con este tipo de combustibles. No obstante, advierte que los costes de propiedad como el gasto de combustible, mantenimiento, compra y seguro podrían aumentar.

Con este escenario, el Parlamento Europeo prevé que el mercado se centralice mayoritariamente hacia los vehículos eléctricos de batería porque el coste total de propiedad es menor que el de otras tecnologías alternativas. Por ejemplo, la producción de hidrógeno y de combustibles ecológicos (hechos a partir de electricidad e hidrógeno y convertidos en gasolina sintética) es más cara, ya que requiere mucha electricidad. Sin embargo, las baterías utilizadas en el transporte eléctrico son pesadas, lo que significa que no siempre se podrán utilizar en todos los casos. Así, el hidrógeno o los combustibles ecológicos pueden ser una buena solución para barcos, aviones o vehículos pesados.

Asimismo, según apunta el Parlamento, entre las ventajas de los vehículos eléctricos se encuentra el precio de la electricidad, actualmente más bajo que el del combustible y, además, requieren menos mantenimiento por lo que, una vez comprado, el coste total de propiedad de un coche impulsado por baterías sería igual o más barato que el de un coche de gasolina o diésel. Sin embargo, también señala que actualmente el precio de los coches eléctricos sigue siendo algo elevado por lo que la nueva normativa europea debería fomentar una mayor competencia y animar a los fabricantes a invertir en investigación e innovación en vehículos eléctricos, lo que debería hacer bajar el precio.

En lo que se refiere a la gestión de los residuos de las baterías eléctricas, la Unión Europea quiere regularlo con diferentes legislaciones como la directiva de energías renovables y la nueva normativa sobre baterías. Se quiere asegurar así que el proceso de producción sea neutro en cuanto a emisiones de CO2, que no tenga un efecto adverso en el medio ambiente, que las baterías se reciclen y, además, que se siga trabajando en la innovación en el sector del transporte. De ahí que los fabricantes ya estén trabajando en coches con autonomías de más de 600km, más eficientes y por tanto que no tengan que recargarse tan a menudo e incluso que pueda hacerse con un enchufe normal en casa.

Fuente de la información: Parlamento Europeo.

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